Que los años por ti vuelen tan leves, Pides a Dios; que el rostro sus pisadas No sienta, y que a las greñas bien peinadas No pase corva la vejez sus nieves. Esto le pides y, borracho bebes Las vendimias en tazas coronadas; Y para el vientre tuyo las manadas Que Apulia pasta son bocados breves. A Dios le pides lo que tú te quitas; La Enfermedad y la Vejez te tragas, Y estar de ellas exento solicitas. Pero en rugosa piel la deuda pagas De las embrïagueces que vomitas, Y en la salud que comilón estragas.