Si mis párpados, Lisi, labios fueran, besos fueran los rayos visüales de mis ojos, que al sol miran caudales águilas, y besaran más que vieran. Tus bellezas, hidrópicos, bebieran, y cristales, sedientos de cristales; de luces y de incendios celestiales, alimentando su morir, vivieran. De invisible comercio mantenidos, y desnudos de cuerpo, los favores gozaran mis potencias y sentidos; mudos se requebraran los ardores; pudieran, apartados, verse unidos, y en público, secretos, los amores.