En breve cárcel traigo aprisionado, Con toda su familia de oro ardiente, El cerco de la luz resplandeciente, Y grande imperio del Amor cerrado. Traigo el campo que pacen estrellado Las Fieras altas de la piel luciente; Y a escondidas del Cielo y del Oriente, Día de luz y parto mejorado. Traigo todas las Indias en mi mano, Perlas que en un diamante por rubíes, Pronuncian con desdén sonoro hielo, Y razonan tal vez fuego tirano Relámpagos de risa carmesíes, Auroras, gala y presunción del Cielo.