En los claustros del Alma la herida Yace callada; mas consume hambrienta La vida, que en mis venas alimenta Llama por las medulas extendida. Bebe el ardor hidrópica mi vida, Que ya ceniza amante y macilenta, Cadáver del incendio hermoso, ostenta Su luz en humo y noche, fallecida. La gente esquivo y me es horror el día; Dilato en largas voces ***** llanto Que a sordo mar mi ardiente pena envía. A los suspiros di la voz del canto; La confusión inunda el alma mía; Mi corazón es reino del espanto.