Las Aves que, rompiendo el seno a Eolo, vuelan campos Diáfanos ligeras; moradoras del Bosque, incultas fieras, sujetó tu piedad al hombre sólo. La Hermosa lumbre del lozano Apolo y el grande cerco de las once esferas le sujetaste, haciendo en mil maneras círculo firme en contrapuesto Polo. Los elementos que dejaste asidos con un brazo de Paz y otro de guerra, la negra habitación del hondo abismo, todo lo sujetaste a sus sentidos; sujetaste al hombre Tú en la tierra, y huye de sujetarse él a sí mismo.