¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza en esta vida frágil y liviana? Los dos embustes de la vida humana, desde la cuna, son honra y riqueza. El tiempo, que ni vuelve ni tropieza, en horas fugitivas la devana; y, en errado anhelar, siempre tirana, la Fortuna fatiga su flaqueza. Vive muerte callada y divertida la vida misma; la salud es guerra de su proprio alimento combatida. ¡Oh, cuánto, inadvertido, el hombre yerra: que en tierra teme que caerá la vida, y no ve que, en viviendo, cayó en tierra!