Ven ya, miedo de fuertes y de sabios: irá la Alma indignada con gemido debajo de las sombras, y el olvido beberán por demás mis secos labios.
Por tal manera Curios, Decios, Fabios fueron; por tal ha de ir cuanto ha nacido. Si quieres ser a alguno bien venido, trae con mi vida fin a mis agravios.
Esta lágrima ardiente, con que miro el ***** cerco que rodea a mis ojos, naturaleza es, no sentimiento.
Con el aire primero este suspiro empecé, y hoy le acaban mis enojos, porque me deba todo al monumento.