Si en el mundo fue tan bella, ¿cómo será en esa estrella donde está? ¡Cómo será!
Si en esta prisión obscura, en que más bien se adivina que se palpa la hermosura, fue tan peregrina, ¡cuán peregrina será en el más allá!
Si de tal suerte me quiso aquí, cómo me querrá en el azul paraíso en donde mora quizá? ¡Cómo me querrá!
Si sus besos eran tales en vida, ¡cómo serán sus besos espirituales! ¡Qué delicias inmortales no darán! Sus labios inmateriales, ¡cómo besarán!
Siempre que medito en esa dicha que alcanzar espero, clamo, cual Santa Teresa, que muero porque no muero: hallo la vida muy tarda y digo: ¿cómo será la ventura que me aguarda donde ella está? ¡Cómo será!