No, madre, no te olvido; mas apenas ayer ella se ha ido, y es natural que mi dolor presente cubra tu dulce imagen en mi mente con la imagen del otro bien perdido.
Ya juntas viviréis en mi memoria como oriente y ocaso de mi historia, como principio y fin de mi sendero, como nido y sepulcro de mi gloria; ¡pues contigo nací, con ella muero!
Ya viviréis las dos en mis amores sin jamás separaros; pues, como en un matiz hay dos colores y en un tallo dos flores, ¡en una misma pena he de juntaros!