¡Oh reyes, me trajisteis hace un año un presente excepcional: un gran dolor! Fuisteis conmigo pródigos, cual monarcas de Oriente, Baltasar, Gaspar y Melchor.
Durante las tristísimas horas de vuestra noche, terribles horas de expiación, mi solo bien, mi frágil azucena, su broche plegaba ya sin remisión.
Todo fue inútil: llanto, plegarias. Y al siguiente día vi agostarse mi flor. Fuisteis conmigo pródigos, monarcas del Oriente; vuestros tres dromedarios trajéronme el presente más grande, ¡oh Baltasar, oh Gaspar, oh Melchor!