La vida es un gran campo de combate: Ved al hombre luchar de polo a polo; Yo le llamo vencido al que se abate Porque se ve sin armas y está solo.
Más nocivos que el buitre carnicero, Y que la sierpe que veneno entraña, Son el amigo hipócrita y artero, El hijo ingrato y la mujer que engaña.
La verdad es la luz; el hombre vano Que más la oculta, en su maldad se estrella; Que no me extienda su alevosa mano, Quien no me dé su corazón con ella.
Evitar a otros daños y amargura, Ser en sus penas bálsamo y testigo, Secar su llanto, darle la ventura Y servirle sin premio, es ser su amigo.
No confundáis lisonja y alabanza; Distinto son el lucro y el cariño; No mueva el interés a la esperanza; Amad como la madre o como el niño.
La experiencia es la hermana de la duda; No es fiero todo aquel que está en campaña, Ni amigo todo aquel que nos saluda, Ni hermano todo aquel que os acompaña.
Abrid los ojos, pobres caminantes, Sed del humano batallar testigos, Que cual llegan a odiarse dos amantes, Llegan hasta matarse dos amigos.
No contrariéis el propio sentimiento Ni la noble verdad neguéis por nada, Preferid a riquezas y talento Franco carácter y palabra honrada.