En tronco añoso de robusta encina Que el tiempo respetó, El bello nombre que mi ser fascina Mi mano buriló. Dije: «recuerdo de la historia mia, Eterno vas a ser». Retumbó el rayo en la extensión vacía Y ni el árbol ni el nombre volví a ver.
En el muro macizo e imponente Que defiende el altar, Dentro del templo con afán ardiente Fui ese nombre a grabar. «De amor emblema, de constancia ejemplo» Dije: «eterno has de ser». La mano de la ley derribó el templo Y ni el muro ni el nombre volví a ver.
En el tosco peñón que desafia Las iras de la mar, Con agudo buril la mano mía Fue ese nombre a grabar. Dije: «en página eterna, vendré a solas Ese nombre a leer». Creció la mar, hincháronse las olas Y ni peñón ni nombre volví a ver.
¡Oh nombre augusto que mi amor invoca! ¿Dónde te he de escribir Si en la encina, en el muro y en la roca No has podido vivir? Es que no debo verte profanada, Cifra de mi pasión: ¡De hoy para siempre vivirás grabada Solo en mi corazón!