A ver cómo es. Estaba quieta la inquietud por una vez. La desazón en sazón y ¡cómo se parecía el mundo a Gerarda envuelta en sensaciones de encaje! Las palabras chocan contra la tarde y no la descomponen y la furia no me deja solo conmigo.
Hay mucha sombra militar que no me deja solo en la esquina donde Gerarda y yo decíamos "te soy" para decir "me soy", en vos, que te fuiste a vivir con los muertos. ¿Eso se hace? La primavera vive sin pensar, pero yo no soy la primavera, cuento huesos y sangre del sueño que vendrá. También nosotros soñamos sobre sangre que vendrá. En el revés del mundo crece el cosmos y Gerarda está allí, donde nuestro dolor será nada.