cab cunningham tenía cincuenta años y un ciruelo cuando descubrió la maldad los ojos se le pusieron verdes la boca gris y azul alternativamente daba señales como al empezar el día
eso no es todo: del vientre le empezaron a subir vientos que lo hacían volar y girar alrededor del planeta y de su casa como un alma maldita o en pena que trabajara a todo tren
¡oh! cab cunningham no se hacía ninguna ilusión con lágrimas secas regaba el ciruelo que florecía de espaldas al asunto peleando con los pájaros que lo venían a romper
eso daba música que cab cunningham escuchaba a la tarde a modo de consuelo entre ciruelo y pájaros había una especie de tratado o misión y prolongaban temores ruidos miedos luchas elecciones furias
"¡oh cab!" solía decir cab "he aquí que las casualidades que organizan tu cuerpo son como los monos santos de Panini caprichosos y verdaderos tristes"
decía cab cunningham y más "oh carbono y nitrógeno detenidos por mí" decía "¿oro serán ahora que termine? ¿adónde irán ustedes huesos o carne sangre ojo perfil dientes que era?"
nunca se supo adónde fueron o qué fue de la congoja de cab cunningham los viernes por la tarde cuando era hermoso y parecía encenderse bajo el cielo imparcial
pero se supo lo siguiente: toda la biología atada por cab cunningham crepitó libre cuando murió y áhi el ciruelo se detuvo nunca más trabajó con los pájaros nunca más hizo ruido, ciruelito