como un grito finito como un pedazo escaso como un vuelo de piedra de luz encadenada desato mis caballos y anudo mi paciencia las voces de la noche levantan sus dos voces las ramas de la noche levantan sus dos voces y miro el cielo abierto girar en su estupor en su furor sereno devienen más desastres y se desencadenan las bestias del amor y cantan y no cocen maquiavélicos sastres que unieron sin hilván tu corazón y el mío y ligaron sus suertes con bárbaras dulzuras sin decir que hace miedo hace hambre hace frío y eso corrompe y mata las dulces ligaduras esos bárbaros sastres atan las destrucciones y rezan a escondidas a los pies de Satán y revientan de un golpe los dulces corazones y se beben la sangre y se ríen y se van esos demonios negros como tu amor y el mío con sus pústulas tiernas y su pura indecencia desato mis caballos levantan sus dos sones y miro el cielo abierto tu corazón y el mío sin decir que hace miedo atan sus destrucciones y revientan de un golpe hace hambre hace frío