el día que tom steward alzó vuelo montado en su furia fue realmente memorable: el sol no se detuvo la tierra no dejó de girar la máquina celeste siguió trabajando
pero él volaba él dejaba atrás paisajes continentes con las manos mojadas de viento ¡oh tom steward!
¡oh tom y steward volador! tomo la lira y empezó a cantar entre nubes o ángeles y demonios de Dios atraídos por los vapores negros que le salían de la boca
"caballos" cantaba "caballos depravacos cerebelentes áspimos taquerres" cantaba tom steward y en sólo un arco de volar quemaba camísculas herpentes
¡qué páramos con un hombre solito había en su voz! tom steward se detuvo en el aire vio su nuca y dio vueltas y vueltas aterrizando al fin en el revés de sus días y vio:
a un hombre que volaba al sol salir a ala tierra girar la máquina celeste trabajar a tom steward convertido en tom steward y triste
no voló nunca más en su vida pero no le pudieron arrancar el pedazo de viento entre sus piernas lleno de guerras cábalas eneros
a media hora de enterrarlo en consecuencia salió volando del cementerio de Oak hizo un arco furioso sobre el silencio vecinal en el lugar de su tumba no hay flores crecen silbidos caballos crecen