En el decenio que siguió a la crisis se notó la declinación del coeficiente de ternura en todos los países considerados o sea tu país mí país los países que crecían entre tu alma y mi alma de repente duraban un instante y antes de irse o desaparecer dejaban caer sábanas llenas de nuestros sexos que salían volando alrededor como perdices. ¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor dejábamos nuestros sexos allí, y ellos seguían vivitos y coleando como perdices suavísimas? Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas con subordinación y valor para que los jugos de la noche pasada no inauguraran el pasado y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros para ordenarnos el hoy porque el alma amorosa es desordenada y perfecta tiene mucha limpieza y lindura se necesita todo un Dios para encerrarla como le pasó a Don Francisco que así pudo cruzar el agua fría de la muerte. Es bien raro eso de nuestros sexos volando pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu **** y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia y dulzura y valor me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos como amor encendiendo otro amor, o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban y se ponían a dar vueltas entre ellos como maripositas encandiladas por el fuego y se querían morir de nuevo buscando incesantemente la libertad y había un país entre la vida y la muerte donde todo era consolación y hermosura y no poseíamos nuestro corazón y nuestros sexos se perdían como almas en la noche y nunca más los volvíamos a ver para entender estudio los índices de la tasa de inversión bruta los índices de la productividad marginal de las inversiones los índices de crecimiento del producto amoroso otros índices que es aburrido hablar aquí y no entiendo nada. La economía es bien curiosa al pequeño ahorrista del alma lo engañan en Wall Street los sueldos de la ternura son bajos subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor, el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes, eso no le da dicha ni desdicha en medio de las razones las redenciones las resurrecciones. Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes estoy viendo volar los pajaritos que te salían del **** mejor dicho de más allá todavía de todo lo que valías o brillabas o eras y dabas como jugos de la noche