Bajo las rotas columnas, entre la nada y el sueño, cruzan mis horas insomnes las sílabas de tu nombre. Tu largo pelo rojizo, relámpago del verano, vibra con dulce violencia en la espalda de la noche. Corriente oscura del sueño que mana entre las rüinas y te construye de nada: amargas trenzas, olvido, húmeda costa nocturna donde se tiende y golpea un mar sonámbulo, ciego.