Habla deja caer una palabra Buenos días he dormido todo el invierno y ahora despierto Habla Una piragua enfila hacia la luz Una palabra ligera avanza a toda vela El día tiene forma de río En sus riberas brillan las plumas de tus cantos Dulzura del agua en la hierba dormida Agua clara vocales para beber vocales para adornar una frente unos tobillos Habla Toca la cima de una pausa dichosa Y luego abre las alas y habla sin parar Pasa un rostro olvidado Pasas tú misma con tu andar de viento en un campo de maíz La infancia con sus flechas y su ídolo y su higuera Rompe amarras y pasa con la torre y el jardín Pasan futuro y pasado Horas ya vividas y horas por matar Pasan relámpagos que llevan en el pico pedazos de tiempo todavía vivos Bandadas de cometas que se pierden en mi frente ¡Y escriben tu nombre en la espalda desnuda del espejo! Habla Moja los labios en la piedra partida que mana inagotable Hunde tus brazos blancos en el agua grávida de profecías inminentes
Un día se pierde En el cielo hecho de prisa La luz no deja huellas en la nieve Un día se pierde Abrir y cerrar de puertas La semilla del sol se abre sin ruido Un día comienza La niebla asciende la colina Un hombre baja por el río Los dos se encuentran en tus ojos Y tú te pierdes en el día Cantando en el follaje de la luz Tañen campanas allá lejos Cada llamada es una ola Cada ola sepulta para siempre Un gesto una palabra la luz contra la nube Tú ríes y te peinas distraída Un día comienza a tus pies Pelo mano blancura no son nombres Para este pelo esta mano esta blancura Lo visible y palpable que está afuera Lo que está adentro y sin nombre A tientas se buscan en nosotros Siguen la marcha del lenguaje Cruzan el puente que les tiende esta imagen Como la luz entre los dedos se deslizan Como tú misma entre mis manos Como tu mano entre mis manos se entrelazan Un día comienza en mis palabras Luz que madura hasta ser cuerpo Hasta ser sombra de tu cuerpo luz de tu sombra Malla de calor piel de tu luz Un día comienza en tu boca El día que se pierde en nuestros ojos El día que se abre en nuestra noche
Espacioso cielo de verano Lunas veloces de frente obstinada Astros desnudos como el oro y la plata Animales de luz corriendo en pleno cielo Nubes de toda condición Alto espacio Noche derramada Como el vino en la piedra sagrada Como un mar ya vencido que inclina sus banderas Como un sabor desmoronado
Hay jardines en donde el viento mismo se demora Por oírse correr entre las hojas Hablan con voz tan clara las acequias Que se ve al través de sus palabras Alza el jazmín su torre inmaculada He aquí que llega la palabra almendra Mis pensamientos se deslizan como agua Inmóvil yo los veo alejarse entre los chopos Frente a la noche idéntica otro que no conozco También los piensa y los mira perderse
Como la enredadera de mil manos Como el incendio y su voraz plumaje Como la primavera al asalto del año Los dedos de la música Las garras de la música La yedra de fuego de la música Cubre los cuerpos cubre las almas Cuerpos tatuados por sonidos ardientes Como el cuerpo del dios constelado de signos Como el cuerpo del cielo tatuado por astros coléricos Cuerpos quemados almas quemadas Llegó la música y nos arrancó los ojos (No vimos sino el relámpago No oímos sino el chocar de espadas de la luz) Llegó la música y nos arrancó la lengua La gran boca de la música devoró los cuerpos Se quemó el mundo Ardió su nombre y los nombres que eran su atavío No queda nada sino un alto sonido Torre de vidrio donde anidan pájaros de vidrio Pájaros invisibles hechos de la misma sustancia de la luz