Ya por cambiar de piel o por tenerla nos acogemos a lo oscuro, que nos viste de sombra la carne desollada.
En los ojos abiertos cae la sombra y luego son los ojos los que en la sombra caen y es unos ojos líquidos la sombra.
¡En esos ojos anegarse, no ser sino esos ojos que no ven, que acarician como las olas si son alas, como las alas si son labios!
Pero los ojos de la sombra en nuestros ojos se endurecen y arañemos el muro o resbalemos por la roca, la sombra nos rechaza: en esa piedra no hay olvido.
Nos vamos hacia dentro, túnel *****. "Muros de cal. Zumba la luz abeja entre el verdor caliente y ya caído de las yerbas. Higuera maternal: la cicatriz del tronco, entre las hojas, era una boca hambrienta, femenina, viva en la primavera. Al mediodía era dulce trepar entre las ramas y en el verde vacío suspendido en un higo comer el sol, ya *****."
Nada fue ayer, nada mañana, todo es presente, todo está presente, y cae y no sabemos en qué pozos, ni si detrás de ese sinfín aguarda Dios, o el Diablo, o simplemente Nadie.
Huimos a la luz que no nos miente y en un papel cualquiera escribimos palabras sin respuesta. Y enrojecen a veces las líneas azules, y nos duelen.