Si tú eres la yegua de ámbar yo soy el camino de sangre Si tú eres la primer nevada yo soy el que enciende el brasero del alba Si tú eres la torre de la noche yo soy el clavo ardiendo en tu frente Si tú eres la marea matutina yo soy el grito del primer pájaro Si tú eres la cesta de naranjas yo soy el cuchillo de sol Si tú eres el altar de piedra yo soy la mano sacrílega Si tú eres la tierra acostada yo soy la caña verde Si tú eres el salto del viento yo soy el fuego enterrado Si tú eres la boca del agua yo soy la boca del musgo Si tú eres el bosque de las nubes yo soy el hacha que las parte Si tú eres la ciudad profanada yo soy la lluvia de consagración Si tú eres la montana amarilla yo soy los brazos rojos del liquen Si tú eres el sol que se levanta yo soy el camino de sangre