Una espiga es todo el trigo Una pluma un pájaro vivo y cantando Un hombre de carne es un hombre de sueño La verdad no se parte El trueno proclama los hechos del relámpago Una mujer soñada encarna siempre en una forma amada El árbol dormido pronuncia verdes oráculos El agua habla sin cesar y nunca se repite En la balanza de unos párpados el sueño no pesa En la balanza de una lengua que delira Una lengua de mujer que dice sí a la vida El ave del paraíso abre las alas
Como la marejada verde de marzo en el campo Entre los años de sequía te abres paso Nuestras miradas se cruzan se entrelazan Tejen un transparente vestido de fuego Una yedra dorada que te cubre Alta y desnuda sonríes como la catedral el día del incendio Con el mismo gesto de la lluvia en el trópico lo has arrasado todo Los días harapientos caen a nuestros pies No hay nada sino dos seres desnudos y abrazados Un surtidor en el centro de la pieza Manantiales que duermen con los ojos abiertos Jardines de agua flores de agua piedras preciosas de agua Verdes monarquías