Aunque de hinojos no doblé la frente, y no entro del Señor a la morada, Corno luz de mis sombras, impaciente Esperaré en la puerta su llegada.
¡Es ella!... Ya sus pasos apresura y la ansiedad del corazón mitiga... Ya llega... y pasa. ¡Cuán hermosa y pura! ¡Que el Señor de los Cielos la bendiga!
¡Arrodíllate y ruega solitaria! No he de pasar del templo los umbrales Para manchar tu virginal plegaria Con torpes pensamientos mundanales.
Y desde lejos te verán mis ojos Corno ideal remoto de mi anhelo, Corno entre luz, los ángeles de hinojos, Mira Luzbel desde el umbral del Cielo.