Como chiquilla alocada, En constante ir y venir, Con tu risa alborotada Turbas la sombra callada En que vivo. No me agrada Oírte tanto reír.
Es tu risa muy ruidosa, Y en la casa silenciosa En que riegas inocente, De la mañana al poniente, Luz, salud y algarabía, Que eso sea solamente Para tu propia alegría.
Para hallarme con mi suerte Feliz, sé contemplativa, No como eres expansiva, Pues más niña quiero verte.
Y es en mí necesidad Ver en ti fragilidad; Menos así te amaré, Pero con toda verdad Más tranquilo viviré.