Como halcones que vuelan desde el nido natal, Y contra su orgullosa miseria en rebeldía, Siervos y Capitanes desde Palos un día Salieron, y su ensueño era heroico y brutal.
A conquistar partían el ansiado metal Que en sus inexploradas minas Cipango cría, Y el viento alisio en tanto sus antenas hacía Inclinarse hacia el borde del mundo occidental.
Cada tarde, en espera de una épica aurora, La azul fosforescencia del Trópico encendida, Alzaba ante su ensueño visión deslumbradora;
O en la proa, inclinados, veían en su anhelo, Sobre la lontananza, desde la mar dormida Subir nuevas estrellas hacia ignorado cielo.