Por el balcón abierto, se veía La luna. Clara noche de verano. Una fragante ráfaga venía Al saloncito azul... Y ella, en el piano.
La pantalla rojiza, más rosada Hacía resaltar su tez de rosa, Más azul, el azul de su mirada, Y más blanca, su blusa vaporosa.
Furtivamente la miraba, y era Como ensueño, en belleza idealizado... Y su mano agitábase ligera Como pájaro níveo en el teclado.
«Cuando muere el amor»... Doblé la frente. Sentí en mi corazón que algo moría, Y cantaba, en voz baja y dulcemente: «Cuando muere el amor»... Y sonreía.