Cuando traspasa el águila cumbres de eterno hielo, Quiere para sus alas región desconocida; Y luz de un sol cercano, en hondo azul perdida, Para sus ojos mustios busca su audaz anhelo.
Sube, aspira fulgores en infinito cielo; A lo ignoto, por fuerza potente va impelida, Y asciende a las tormentas por trombas atraída; Pero de pronto el rayo corta su raudo vuelo.
Lanza un siniestro grito; gira y gira, llevada Por huracán rugiente, se crispa, y embriagada En luz esplendorosa rueda hacia abismo aleve.
¡Feliz quien por la ansiada Libertad y la Gloria, Sucumbe así, de muerte deslumbradora y breve, En el radiante ensueño de su final victoria!