De pintor ignorado, tal vez santafereño Discípulo de Vásquez, borrosa, amarillenta, Se ve la tela antigua, de artístico diseño. En el marco, una cifra: 1680.
Es retrato de dama. Negros ojos, risueño El labio, nariz fina. Veinte años aparenta. Abstraída parece como en lejano ensueño, En un lejano ensueño que luz de luna argenta.
¿De un Oidor fue la hija? ¿Fue de un Oidor amada? Las noches coloniales, todo el pasado, un mundo De leyendas desfila, como en visión soñada;
Y una canción se escucha, cadente y dolorida, Mientras se riega, pálida, desde el azul profundo, La luz de las estrellas en Santa Fe dormida.