Me dijiste: «Pienso en ti, Siempre en hondo desvarío», Pero en el amor, bien mío, Siempre piensas más que en mí.
Me dijiste: «Mis pupilas No te pueden olvidar, Y si quiero reposar, Como se abren intranquilas Tardo el sueño en conciliar».
Pero tu alma en el exceso Del placer, se siente loca, Pues piensas más en el beso Que en la boca. No te atormentas jamás, Porque nunca desconoces Que son propios nuestros goces Y de nosotros no más.
Da el amor siempre alegrías Y esclaviza el alma entera ¿Mucho menos me amarías Si otro en la vida yo fuera?