El choque fue sangriento bajo la luz del día. Tribunos, centuriones, al frente los primeros, Juntaron las cohortes de indómitos guerreros, Y acre olor de matanza del campo ya subía.
Contando los cadáveres con mirada sombría, Veían los soldados, en el empuje fieros, Girando en torbellino, cual hojas, los arqueros, Y el sudor por los rostros morenos les corría.
Entonces surgió, todo de flechas erizado, Con flujo de las venas que sus heridas marca, Bajo flotante púrpura y acero laminado,
Al son de los clarines que atruenan la comarca, Soberbio, en su nervioso corcel que el cuello enarca Y sobre el cielo en llamas, el Héroe ensangrentado.