El joven trovador partió a la guerra A lidiar como bravo en las batallas. Lleva al cinto la espada de su padre, y el arpa de los himnos a la espalda.
«¡Oh patria!», dice el trovador guerrero, «Aunque seas por todos traicionada, Siempre un acero habrá que te defienda, y siempre habrá para cantarte un arpa».
El trovador cayó. Mas su alma altiva Vencer no pudo la invasora raza, y no volvieron a escuchar sus himnos Porque rompió las cuerdas de su arpa.
y dijo: «Las cadenas opresoras A ti jamás alcanzarán, ¡oh alma! Tus cantos son para los hombres libres... ¡Que no los oigan en la tierra esclava!»