En otoño, en el agua dormida de los lagos, Cuando ya el frío empieza, Y el cielo es gris, los álamos en los desiertos parques Las hojas caer dejan;
Y en el agua se tienden como amarillo manto, Y es el agua tristeza... Pero hay en ella, claros azules do en la noche Se miran las estrellas. También como esos lagos hay almas otoñales Donde flotan y tiemblan. Recuerdos melancólicos de días de ilusiones, De extintas primaveras;
Y en esas almas tristes hay claros muy azules Que el cielo azul reflejan... Así es la mía, y siempre tiene un remanso, en donde Se miran las estrellas.