Pasamos por el puente de guaduas y bejucos; Surgía de las frondas un grato olor silvestre, Y risas animaban, cantares y bambucos, El paseo campestre.
Sombreritos de caña, trajes de abiertas golas, Las muchachas del pueblo lucían con donaire, Y al son bailaban todos de tiples y bandolas, Y embalsamaba el aire.
El mozo más garrido, quien siempre mejor danza, Con la bella entre todas, y a quien feliz corteja, Sale a bailar, y al corro, grito de pronto lanza: «¡Que viva mi pareja!»
La suelta, y en las frondas ocúltase y se pierde, Trae, de clavelinas, para ella una guirnalda, Y al brillo de la tarde luce el campo más verde Su verde de esmeralda.
Al pueblo por el puente de guaduas y bejucos Volvimos, las parejas por entre calles solas, Y uníase a las risas el son de los bambucos De tiples y bandolas.