En «la cuaderna vía» del maestro Berceo Voy a cantar tus ojos de los míos recreo, Ojos grandes, hermosos, y de áureo centelleo, Y azules cual soñados por místico deseo.
Por sus «cuadernas vías» «en román paladino», Y por sus rudas rimas en verso alejandrino, Versos que fueron siempre «versos a lo divino», El Maestro pedía «un vaso de bon vino».
Ojos que compasivos son para todo duelo, Ojos donde las almas posan su errante vuelo, Así como el marino dijo: ¡Tierra! en su anhelo, Cuando dulces me miran yo siempre digo: ¡Cielo!
«Un vaso de bon vino» don Gonzalo pedía, Poco en verdad. Yo en cambio de mi «cuaderna vía» Demandaré a tus ojos una mirada pía, Y a tu rosada boca que dulce me sonría.
«En el nome del Padre que fizo toda cosa» Os bendigo ¡ojos bellos! y a ti, ¡la niña hermosa! Que el fulgor que ya viene ¡sea estrella radiosa! Y el botón que sé abre ¡que se convierta en rosa!