Sobre el mar de los Tiempos ruedan siglos y evos... Los volcanes se extinguen, surgen volcanes nuevos Que a su turno se apagan; elévense ciudades En las ruinas; el ara de las viejas deidades Rueda al polvo; otro culto se levanta; en la bruma La vida de los mundos va en un bajel de espuma Levantando los seres y los seres hundiendo; Y del mar en el fondo, sueño sin fin durmiendo, El incansable pólipo, artífice fecundo, Erige lentamente el pedestal de un mundo. y allá en las soledades de roca submarina,
Entre torcidos juncos, do en la sombra germina La vida primitiva bajo imperfecta forma, Lentamente se extiende, palpita, se transforma; Al principio es arbusto, después un árbol grande, Más tarde es una selva tupida que se expande, Va formando otras, y otras, en el fondo, y enhiestas Extiéndense en las aguas regueros de florestas. Y del inmenso piélago, rasgando la gran clámide, Asoma al fin la roja y altísima pirámide...
Pasa un siglo, y entonces conviértese en montaña, Otro siglo, otro siglo... y el sol la cumbre baña, Y por la vez primera luce su rica flora Y recibe el radiante bautismo de la aurora.