Me escribiste ayer tarde dos hojas solamente. ¿Estarás tan contenta que me olvides así? Sin duda te fatigas y ves a mucha gente; Repósate. Y escríbeme. Y piensa siempre en mí.
Y tu vestido nuevo no te lo pongas tanto; Que bien te va. Celoso no soy, y nunca fui. Puede el aire dañártelo. ¿Para qué nuevo encanto A tu belleza? Guárdalo para ti y para mí.