Tu vida terminó, tu fama empieza, Y en los cantos que van de boca en boca, Tus batallas, tu gloria y tu grandeza El amor patrio con delirio evoca, Y el bien supremo de la patria amada: La libertad que restauró tu espada. No morirás, aunque en la lid caíste, Mientras libres nos mires en la altura; La sangre generosa que vertiste No fue embebida por la tierra impura. En nuestras venas rápida se agita, Y en nosotros tu espíritu palpita. Tu nombre habrá de ser grito de guerra Al cargar nuestros bravos escuadrones, y tu fin inmortal sobre la tierra Las vírgenes harán en sus canciones. No necesita lágrimas tu gloria: ¡Sería el llanto ofensa a tu memoria!