Nací do el cielo azul ríe sereno, en la isla hermosa, de la mar pupila, donde se mezclan en turquino seno, de las mañanas a la luz tranquila, la onda del Jonio y la onda del Tirreno.
Brillan al sol plantíos y cabañas en la ardiente quietud del horizonte; y cubiertos de polvo, entre espadañas, duermen los higos de India sobre el monte, ante enorme cadena de montañas.
En sus golfos que cúrvanse encantados ciudades se reflejan y fanales, y de baños mariscos y raudales se oye el rumor en huertos aromados, a la sombra de verdes naranjales.
Tú, más blanca que espuma y luz febea, nos espera la barca; riega aromas la blanda brisa que la playa orea, Triscan rebaños en las verdes lomas, y el Etna inmenso en el azul humea.