Un grupo vi en la playa que algo miraba en tierra. -«Un perro que se muere», de pronto oí decir A varios rapazuelos, y al acercarme al grupo, Tendido un perro escuálido sobre la tierra vi.
La espuma de las olas al perro salpicaba; -«¡Tres días sin moverse!», dijo alguien al pasar; -«Es de un marino ausente», dijo entre el grupo un hombre. Y otro: -«Aunque se le llame los ojos no abrirá».
Un piloto, asomándose por su ventana, dijo: -«Es la falta del amo, todo ya inútil es, Y aunque el barco entra al puerto, llega el marino tarde; De donde está tendido no se podrá mover».
Al fin llega el marino, lo llama, y al oírlo La vieja cola agita como diciendo adiós; Abrió los ojos llenos de sombra y de tristeza, Miró por la vez última al amo y expiró.
Como una antorcha, Venus brotaba del abismo. Donde se unía el cielo con el azul del mar; Y yo me dije entonces: «¡Oh, sombras! ¡Oh, misterio!... ¿De dónde viene el astro y adónde el perro irá?»