Amanece: se iluminan los vetustos Lepontinos, los aldeanos llevan leche en los jarros blanquecinos, y en los aires se dispersan de los pájaros los trinos. Perezosos van remando los ancianos gondoleros, de las vacas se perciben los mugidos lastimeros, y las nieves se deshacen en los viejos ventisqueros. Las campánulas se mecen de la brisa al tibio halago; y derrama el sol naciente que matiza el cielo vago, un reguero de colores en la clámide del lago.