¿De dónde viene este aire de inocentes -ojos abiertos, embobada risa- y este gemir de espadas en la brisa y este gemir de lotos en las fuentes?
¿De dónde vienen fríos tan ardientes -de pronto Agosto como Enero en liza-; de pronto nardos que la planta pisa como bramido bronco de torrentes? ¡Ah, es que tengo temido hacia mi pecho el tenso oído en vigilante acecho del pulso de mi sangre y de mi aliento!
¡Y ya conozco el paso de mi cielo, y ya sé sin mirar si es llama o hielo lo que viene acercándose en el viento!