El tigre ferozmente enamorado, la mariposa, abierta cruz del viento; el musgo, de las rocas abrazado; la espuma, flor del agua en movimiento.
Cuanto vive y se muere en aire y tierra, o en cielos de galaxias suspendidas, saben que en este sueño se me encierra el secreto plural de veinte vidas.
Te quise ayer, no sé si cuarzo o fruta; y anteayer, tal vez llama diminuta, y más allá, pequeña flor nevada.
Te quise, ser anónimo y sufriente. Y ahora te quiero, piedra de rompiente que muerde a sombra y sol la marejada.