En tus ojos sombríos me he mirado Como en ci agua de dos lagos negros Y un vértigo de abismo tenebroso Me ha hecho temblar de angustia.
¡Ah si caigo en el fondo de la sima! ¡Ah si en los lagos tenebrosos caigo! Yo sé que entonces no ha de haber prodigio Capaz de levantarme.
Yo sé que siempre el embrujado abismo De tus pupilas hondas Me retendrá lo mismo que un guiñapo Agarrado en las uñas de las zarzas. ¡Oh, no apartes de mi tus ojos largos Porque tiemblo de frío y de tristeza! ¡Yo quiero el mal de tus pupilas! Dame Ese mal que hace bien al alma mía. Lago hechizado de sus ojos: ¡sórbeme!