Esmaltan el contorno entero de la fuente, Y son cual pebeteros que aroman la corriente. Recogiéndolas sufro por la glotona pena De que no quepan todas en mi canasta llena.
Allí las plantó un mago para que cada moza Que llene en esa fuente sus ánforas de loza, Sienta la tentación de prenderlas al seno Como en un raro búcaro opulento y moreno.
¿Quieres tú una? Aspírala. ¡Si parecen de miel Y dejan largo rato su perfume en la piel! Exprímela en los labios. ¡Qué picante sabor!
Juraría que guarda cada cáliz, amor. Tal vez por eso un mago las plantó allí en la fuente Para hacer algún filtro con la clara corriente.