Párpado gris, inmóvil, con arrugas de piedra, El brocal de este pozo viejo y abandonado Ostenta las pestañas de unos troncos de hiedra Y la ceja herrumbrosa de un arco mutilado.
En el fondo, la oblea del agua muda y quieta Es la pupila ciega de este pozo desierto. ¡Pupila siempre fija, por la angustia secreta De la imagen inmóvil bajo el párpado abierto!
Aunque corran las nubes, aunque traigan los vientos Pétalos de rosales y hojas de pensamientos, Aunque pasen amantes coronados de hiedra,
Esta agua siempre fija, sin reflejos, tranquila, En el fondo del pozo es la ciega pupila Muda y desesperada en su cuenca de piedra.