Me he ceñido toda con un manto *****. Estoy toda pálida, la mirada extática. Y en los ojos tengo partida una estrella. ¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática!
Ya ves que no luzco siquiera una joya, Ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias. Y hasta me he quitado las hebillas ricas De las correhuelas de mis dos sandalias.
Mas soy esta noche, sin oros ni sedas, Esbelta y morena como un lirio vivo. Y estoy toda ungida de esencias de nardos. Y soy toda suave bajo el manto esquivo.
Y en mi boca pálida florece ya el trémulo Clavel de mi beso que aguarda tu boca. Y a mis manos largas se enrosca el deseo como una invisible serpentina loca.
¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante! Bajo tu mirada surgiré como una Estatua vibrante sobre un plinto ***** Hasta el que se arrastra, como un can, la luna.