Tu beso fue en mis labios de un dulzor refrescante. Sensación de agua viva y moras negras me dio tu boca amante.
Cansada me acosté sobre los pastos con tu brazo tendido, por apoyo. Y me cayó tu beso entre los labios, como un fruto maduro de la selva o un lavado guijarro del arroyo.
Tengo sed otra vez, amado mío. ¡Dame tu beso fresco tal como una piedrezuela del río!