Una parva es un lecho que Amor aroma y mulle, Y el sol, como un amigo cómplice, entibia y dora. Tan pronto hace de nido donde un jilguero bulle, Como es cama mullida de cansada pastora.
La adoran los zagales. Las parvas campesinas Se prestan a inocentes placeres rustícanos, O son como opulentas y agrestes celestinas Erguidas en la alfombra musgosa de los llanos.
Dafnis y Cloe buscan su sombra protectora. Juega como un cordero la pequeña pastora Rodando entre la paja que le dora las greñas.
Y, cómplices de amantes en las nocturnas citas, Se aroman de ese vago perfume a margaritas Que llevan en las alas las auras abrileñas.