Corazón mío, ¡qué abandonado te encuentro! Corazón mío, estás lo mismo que aquellos palacios deshabitados y llenos de misteriosos silencios. Corazón mío, palacio viejo, palacio desmantelado, palacio desierto, palacio mudo y lleno de misteriosos silencios... Ni una golondrina ya llega a buscar tus aleros y hacen su cobijo sólo en tus huecos los murciélagos.