¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas y siempre se repitieran los mismos pueblos, la mismas ventas los mismos rebaños, las mismas recuas!
¡Qué pena si esta vida tuviera -esta vida nuestra- mil años de existencia! ¿Quién la haría hasta el fin llevadera? ¿Quién la soportaría toda sin protesta? ¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha? Los mismos hombres, las mismas guerras, los mismos tiranos, las mismas cadenas, y los mismos farsantes, las mismas sectas ¡y los mismos, los mismos poetas!
¡Qué pena, que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!